martes, 11 de octubre de 2016

Impureza

El día se corre como una mujer madura
algo alegre que está triste.
Caminas un tramo y nadie hace fuego
despiertan los motores y las casas
tu cuerpo es la fachada sin pintar.

Los fastidia el humo de tu cigarro
todos monstruos del día: el pájaro, la hoja.
Te llaman el primer hombre sobre la tierra
pero sonríes, como si fueras el último.

Los paseantes miran con desconfianza
la soledad es un inmenso burdel
cómplice de la santidad.

Preguntas por qué todo se va
pero recuerdas que amar es tan sólo
el vicio de los que no tienen imaginación.

Te observo desde el razonamiento crítico
del último piso del edificio gris
Desde la sombra que muerde su desnudez,
levantas la mirada para insistir a dios
pero sólo encuentras mi mano en el cristal.

Llegas mordisqueando el aire sin palabras.
La noche es un caballo recortado
por el destello de la luna.

Alcanzo a pedirte dos cosas
olvida la verdad, olvida tu fe.
No soporto el gemir de las utopías.

El mundo desciende por el intestino de la noche.
Tienes sólo este minuto para escapar
mientras termino mi café.
No voy a dejar de cogerte
hasta sonreír como tú.

Esta noche bajo tus rodillas
no escribo ningún poema,
esta noche
es garabato de dios.